jueves, 18 de febrero de 2010

ISTAMBUL (en un par de días)

Para recibir Estambúl, lo primerísimo, nada más bajarme del avión:

Taxi, lléveme a un HAMMAM. Quiero estar muy,  pero que muy limpia  y quitarme todas las impurezas de mi ciudad adoptiva (Barcelona) antes de perderme en esta ciudad. Suerte que la palabra HAMMAM  le resultó conocida al taxista que de Turco mucho, pero de nada más...  Por fin un lugar en donde mi gestualidad es bienvenida para hacerme entender!

Llegué al Edén. Estaba yo sola rodeada de unas abuelillas con vestidos muy pintorescos pero que no dudaron en quitárselos muy rápido y quedar en bragas  y a teta suelta manoseando a la única clienta de aquel maravilloso cuarto tibio. Después de haber pagado las liras que me pedían, como no,  me restregaron hasta quitarme el aliento, me masajearon, envuelta en espuma, aceites, me lavaron el pelo, me hicieron una trenza y al terminar el proceso variopinto de limpieza radical se vistieron y todas sentaditas en un rincón se despidieron de mi con sus vestiditos floreados y sus chanclas de diversos colores.

Y con este cuerpo transparente me fui caminando a sentir en carne propia esto de estar en dos continentes a la vez. Me costó mucho esfuerzo abrirme de piernas para tocar un poco de Asia y otro de Europa.  Mientras una pierna estaba en Asia y la otra en Europa pensaba en lo que había leído antes de venir aquí: Bizancio, ahora Estambúl, Atenienses, macedonios, otomanos, bizantinos hasta que llegó el gran Mustafá Kemal Atatürk y puso orden. Héroe! dónde quiera que vayas ahí está su foto.  Yo también te quiero Atatürk!  Tenía que venir aquí para ver tu cara y confundirla mil veces con el dueño de los restaurantes que elijo para comer...Tonta de mi. No es el dueño - es ATATÜRK!  Me ha quedado claro.

Esta ciudad es sorprendente, mientras bajo en tranvía por Taksim, el paseo del consumo, de los bares y las comidas, se escucha muy alto por los altavoces, al menos tres veces al día, los cantos del coran.  Se me impregnan en las venas y  me hacen recordar que aquí aunque no parezca hay millones de musulmanes. Devotos todos menos yo!

Duermo en el Hotel Suite Home. Como en casa! Al despertar me voy a Sultanahmet. Entro en una mezquita. Me quito los zapatos y ahí estoy en medio del habitáculo de mujeres sin saber qué hacer. Me arrodillo. Silencio. Esta es una ciudad camaleónica.  Me gusta mucho. Los ferries esperan para cruzar rio arriba y abajo. Ir y venir. Perderse entre aguas, rezos, ruido y olores. Por la noche tomo un gintonic en un bar. Concierto live: Sorpresa! Turcos TODOS y  cantando a CAMARÓN DE LA ISLA. Flamenco en Estambúl.  No sé que pensar. Aún no escucho la cueca chilensis.  Seguro llegará.

Las mujeres coquetas pero todas depiladas de cejas. Como si hubiera un molde igual para todas. Yo miro las mías. Salvajes y peludas.  No quiero ese molde pero si quiero seguir aquí.  Quiero  verlo todo.  Quiero perderme en Estambúl.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo también quiero. De leerte se antoja!
besos

Unknown dijo...

Secundo a Daniela. ¡Qué bien que escribes, Lady Toco!